News Release

Estudiado en redes sociales: Los impactos reales del contenido fáctico pero engañoso y las características de los "supercompartidores"

Peer-Reviewed Publication

American Association for the Advancement of Science (AAAS)

El contenido fáctico pero engañoso sobre vacunas fue 46 veces más efectivo para generar vacilación ante la vacuna que la desinformación marcada, según informa un nuevo estudio que explora los impactos reales de la exposición a la desinformación. Un segundo estudio, que busca comprender mejor las características de los "supercompartidores" –un pequeño grupo de individuos entre los que la difusión de desinformación es cada vez más frecuente–, informa que poco más de 2000 supercompartidores en X (anteriormente Twitter) difundieron el 80 % de las noticias falsas durante las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2020. El estudio involucró una muestra en X de más de 660.000 votantes y descubrió que los supercompartidores eran principalmente mujeres republicanas de mediana edad en estados conservadores.

 

La desinformación, especialmente la difundida ampliamente a través de las redes sociales, se considera una amenaza sustancial para la ciencia, la salud pública y los procesos democráticos en todo el mundo. A pesar de esto, el impacto real de la exposición a la desinformación sigue siendo desconocido. Además, las características y la escala de influencia de quienes más difunden desinformación son difíciles de precisar. En esta ocasión, en dos estudios separados, los investigadores abordan estas lagunas de conocimiento a través de análisis cuantitativos. Sus hallazgos ofrecen información para diseñar estrategias más efectivas a fin de poner coto a la propagación de la desinformación.

 

En un primer estudio, Jennifer Allen y sus colegas evalúan el impacto de enlaces relacionados con vacunas, fácticamente precisos pero engañosos, compartidos en Facebook durante el lanzamiento de la primera vacuna contra la COVID-19 en 2021. La baja aceptación de la vacuna en EE. UU. se ha atribuido ampliamente a la desinformación en las redes sociales. Si bien el impacto de la desinformación conspicua sobre las vacunas se redujo una vez marcada y desmentida como falsa por verificadores de hechos de terceros en Facebook, el contenido más ambiguo –el contenido escéptico sobre vacunas, fáctico pero potencialmente engañoso de fuentes creíbles– a menudo quedaba sin marcar. Un ejemplo de este contenido verdadero pero engañoso es una historia publicada en el Chicago Tribune: "Un médico 'sano' muere dos semanas después de recibir una vacuna de COVID-19; el CDC está investigando por qué". Pese a no haber evidencia de que la vacuna tuviera algo que ver con la muerte, el encuadre de este titular implicaba falsamente una causalidad. La historia fue vista por casi 55 millones de personas en la plataforma. Usando una combinación de experimentos de laboratorio, crowdsourcing y aprendizaje automático para estimar el efecto causal de 13.206 URL relacionadas con vacunas en la aceptación de la vacunación de aproximadamente 233 millones de usuarios de Facebook en EE. UU., Allen et al. encontraron que la desinformación no marcada fue 46 veces más consecuente para generar vacilación ante la vacuna que el contenido marcado como desinformación.

 

En el segundo estudio, Sahar Baribi-Bartov y sus colegas investigan quiénes fueron responsables de difundir desinformación en X sobre la votación durante las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2020. Según los autores, se sabe poco sobre la difusión de noticias falsas por usuarios individuales. Baribi-Bartov et al. evaluaron a los supercompartidores en X y encontraron que, en una muestra de 664.391 votantes registrados en EE. UU., tan solo 2107 representaban el 80 % de las noticias falsas compartidas en X durante las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2020. En un desglose demográfico de estos individuos, los autores encontraron una sobrerrepresentación significativa de mujeres blancas republicanas de mediana edad que residen en tres estados mayoritariamente conservadores: Arizona, Florida y Texas. Estas personas provenían más a menudo de vecindarios generalmente con baja educación pero de ingresos relativamente altos. Además, los autores descubrieron que el enorme volumen de promoción de contenido de los supercompartidores se generaba a través de retweets manuales y persistentes. Uno de los hallazgos clave del estudio es que estos supercompartidores –a pesar de representar un pequeño porcentaje de usuarios– recibieron más interacción que los usuarios regulares y son altamente conectados e influyentes, alcanzando aproximadamente al 5,2 % de los votantes registrados en la plataforma.

 

En un artículo relacionado, Sander van der Linden y Yara Kyrychenko discuten cada estudio y sus limitaciones con mayor detalle.

 

Para los periodistas interesados en tendencias, un estudio de enero de 2019 en Science evaluó la proliferación de noticias falsas en X durante el ciclo electoral de 2016 (https://www.science.org/doi/10.1126/science.aau2706).


Disclaimer: AAAS and EurekAlert! are not responsible for the accuracy of news releases posted to EurekAlert! by contributing institutions or for the use of any information through the EurekAlert system.