En dos reseñas distintas, los investigadores subrayan los rápidos y profundos cambios que se están produciendo en la Amazonia como consecuencia de la creciente actividad humana. Analizan lo que se sabe sobre las causas y los efectos de la deforestación y la degradación del paisaje que está sufriendo la región, así como lo que hay que hacer para evitar las peores consecuencias. La selva amazónica es uno de los ecosistemas más vitales y, sin embargo, vulnerables de la Tierra. Proporciona servicios ecosistémicos globales esenciales que ayudan a mantener los ciclos del carbono y del agua del planeta y alberga casi un tercio de todas las especies conocidas en la Tierra. No obstante, las actividades agrícolas e industriales modernas y los cambios antropogénicos más amplios en el clima del planeta están degradando los entornos amazónicos a un ritmo sin precedentes. Al borde de un cambio irrevocable, la continua pérdida de los bosques amenaza con llevar a la Amazonia más allá de un umbral crítico que podría tener implicaciones de largo alcance para todo el sistema terrestre.
En un estudio, James Albert y sus colegas resumen las principales conclusiones del Informe de evaluación de 2021 del Grupo Científico para la Amazonia (SPA) y muestran cómo las actividades humanas, como la deforestación regional, están cambiando los ecosistemas amazónicos a un ritmo entre cien y mil veces superior al de cualquier fenómeno climático o geológico natural del pasado, demasiado rápido para que las especies, los pueblos y los ecosistemas amazónicos puedan adaptarse. De acuerdo con Albert et al., se necesitan medidas políticas transformadoras para evitar dichos desenlaces y reducir las demandas económicas globales que impulsan en gran medida la deforestación. "A medida que nos acercamos a un punto de inflexión irreversible para la Amazonia, la Comunidad mundial debe actuar ya. Las políticas para prevenir las peores consecuencias se han identificado con éxito; su aplicación es solo cuestión de liderazgo y de voluntad política", escriben Albert et al. "Fallarle a la Amazonia es fallarle a la biosfera, y si no actuamos nos atendremos a las consecuencias".
En un segundo estudio, David Lapola y sus colegas evalúan las causas próximas y subyacentes y los consiguientes efectos de la degradación de los bosques amazónicos. Mientras que la mayoría de los análisis de los cambios en el uso y la cubierta del suelo en los bosques tropicales se han centrado en las causas y los efectos de la deforestación, Lapola et al. se centran en otras perturbaciones antropogénicas menos estudiadas, como los incendios, la fragmentación del hábitat, la tala selectiva y las sequías extremas debidas al cambio climático inducido por el hombre. De acuerdo con los autores, unos 2,5 millones de kilómetros de la selva amazónica (aproximadamente el 38 % de todos los bosques que quedan en la región) están actualmente degradados por dichos impactos. Las emisiones de carbono de esta degradación son iguales, si no mayores, que las de la deforestación y seguirán siendo una fuente dominante de emisiones de carbono independientemente de las tasas de deforestación. Por ello, Lapola et al. sostienen que no solo son necesarias políticas de deforestación, sino que también deben complementarse con medidas para hacer frente a las perturbaciones que degradan el medio ambiente amazónico.
Journal
Science
Article Title
Human impacts outpace natural processes in the Amazon
Article Publication Date
27-Jan-2023