De acuerdo con un nuevo estudio, el proceso por el que los minerales de las rocas se descomponen químicamente, o se meteorizan, y que desempeña un papel crucial en el control del clima de la Tierra, elimina menos dióxido de carbono (CO2) si las temperaturas son más bajas, el suministro de minerales es limitado y las precipitaciones escasas. Los hallazgos no solo aportan datos cruciales sobre el funcionamiento de la meteorización a escala global, que hasta ahora no se conocía bien, sino que pueden ayudar a comprender los esfuerzos por utilizar la meteorización para mitigar el cambio climático antropogénico. Durante miles de millones de años, la temperatura de la Tierra ha variado muy poco, lo que ha permitido la persistencia del agua líquida y el florecimiento de la vida. Se cree que la temperatura de la Tierra se ha estabilizado de este modo gracias al equilibrio entre la desgasificación volcánica, que produce dióxido de carbono, y la meteorización de minerales específicos existentes en las rocas a medida que se descomponen, lo que elimina el CO2 en la atmósfera del planeta. Sin embargo, son muchos los factores que intervienen en el ritmo de meteorización y, en particular, la sensibilidad global a la temperatura de meteorización de los silicatos sigue siendo difícil de cuantificar; aunque las mediciones de laboratorio podrían parecer el "patrón de oro" para determinar de qué manera la meteorización de los silicatos varía exponencialmente con la temperatura, éste no ha sido el caso. Aquí, comparando la meteorización del laboratorio con la del planeta, Susan Brantley y sus colegas evaluaron la dependencia de la temperatura de las tasas de meteorización de los silicatos en varias escalas espaciales y contextos geológicos distintos. Tanto en observaciones de campo como en experimentos de laboratorio, Brantley et al. descubrieron que la meteorización de los silicatos sí aumenta con la temperatura. Sin embargo, los resultados revelan que diversas condiciones a escala del paisaje y procesos físicos dinámicos pueden limitar o aumentar las tasas de meteorización de los silicatos. Por ejemplo, cuando la erosión física es baja o el flujo de agua escaso, la sensibilidad de la meteorización a la temperatura puede ser mínima, e incluso inexistente. "Por desgracia, el proceso natural de meteorización de los silicatos es demasiado lento para ayudar a absorber el enorme exceso de CO2 que liberan cada año las actividades humanas", escribe Robert Hilton en una Perspectiva relacionada. "Sin embargo, aumentar deliberadamente la meteorización de los silicatos triturando minerales de silicato y aplicándolos a gran escala a las zonas agrícolas puede ayudar a alcanzar el cero neto".
Journal
Science
Article Title
How temperature-dependent silicate weathering acts as earth's geological thermostat
Article Publication Date
27-Jan-2023