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A nombre de la delegación
Explorando el desarrollo y uso de vacunas cubanas contra la COVID-19, un panel de expertos internacionales llama a reducir las barreras que impiden acceso global a las innovaciones biotecnológicas de ese país
Su diálogo en La Habana con investigadores científicos cubanos busca un mayor papel para Cuba a la hora de enfrentar las “alarmantes inequidades”
en el acceso global a los avances médicos
El intercambio también se enfoca en la excepcional cobertura de la vacuna cubana anti-COVID para adultos y niños — mucho mayor y lograda antes que muchos países desarrollados
SEATTLE (Octubre 31, 2022) — La primera delegación científica encabezada por expertos de Estados Unidos que visita Cuba en cinco años dio a conocer hoy un informe de consenso ofreciendo sus conclusiones que la habilidad de este pequeño país de desarrollar e inmunizar de forma rápida a más del 90 por ciento de sus ciudadanos con vacunas COVID-19 propias, seguras y efectivas debe servir de modelo para enfrentar las emergencias globales de salud pública en lugares de limitados recursos y en los países en desarrollo.
Un llamado a mayores intercambios con el sector cubano de la biotecnología estuvo entre las principales conclusiones del informe COVID-19 Vaccine Enterprise: Report from a High-Level Fact-Finding Delegation to Cuba, dado a conocer hoy en el marco de la reunión anual de la American Society of Tropical Medicine and Hygiene (ASTMH).
“Lo que aprendimos acerca del extraordinario trabajo de Cuba con las vacunas COVID-19 nos dejó claro que Cuba puede ser un actor importante para incrementar el acceso global a avances médicos que salvan vidas. Y aunque la política es compleja, debemos enfrentarnos a las barreras que impide la contribución en este sentido del impresionante grupo de científicos y expertos en salud pública cubanos,” dijo el Dr. Michael Osterholm, director del Center for Infectious Disease Research and Policy de la Universidad de Minnesota.
El Dr. Osterholm presidió la delegación junto a la Dra. Cristina Rabadán-Diehl, científica que durante 25 años encabezó el trabajo internacional en National Institutes of Health y el U.S. Department of Health and Human Services, antes de convertirse en Directora Asociada de Ensayos Clínicos en Westat. La delegación (ver debajo sus miembros) fue organizada por MEDICC (Medical Education Cooperation with Cuba), una organización sin fines de lucro radicada en Estados Unidos que promociona el dialogo y la colaboración en temas de salud. La delegación también contó con miembros de África y el Caribe y colectivamente sus miembros contribuyeron sus experticias en sistemas de salud, enfermedades infecciosas, biotecnología y desarrollo de vacunas.
El viaje a Cuba fue financiado, en parte, por la Open Society Foundations.
“La pandemia que hoy aún enfrentamos se ha prolongado de forma significativa — con un costo de millones de vida y billones de dólares — debido a las alarmantes inequidades en el acceso a las vacunas y los tratamientos,” dijo la Dra. Rabadán-Diehl. “Cuba sola no puede cerrar esta brecha, pero puede hacer una contribución mucho mayor. Aunque allí tienen desafíos internos en áreas como las capacidades de producción y la publicación de investigaciones en revistas arbitradas, otra limitación importante se presenta con las barreras económicas externas que enfrentan los productos de la industria bio-farmacéutica y las inversiones en ese sector. Estas deben ser eliminadas a favor de la salud de las personas en los países de bajos y medianos ingresos de las Américas y más allá.”
El informe de la delegación encontró que, a pesar de las restricciones existentes, durante las últimas décadas Cuba ha desarrollado gradualmente una red global de asociaciones en biotecnología. Estas incluyen el acuerdo con Roswell Park Comprehensive Cancer Center en Buffalo, New York, para realizar ensayos clínicos en Estados Unidos de un tratamiento biotecnológico cubano para el cáncer de pulmón.
Los miembros de la delegación citaron estas colaboraciones como un marco para un compromiso más amplio, junto con las ya existentes con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La delegación también hizo un llamado para una mayor participación de Cuba en la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations y el nuevo fondo del Banco Mundial, el Financial Intermediary Fund for Pandemic Prevention, Preparedness and Response.
Lecciones de la decisión de Cuba de “volar en solitario” para desarrollar sus propias vacunas
La fuerza motriz para la misión de la delegación era reunirse directamente con los científicos y expertos en salud pública cubanos para conocer más acerca de un inusual momento en la pandemia de COVID-19. A mediados de 2020, con la preocupación de que no podrían adquirir las vacunas de suministradores internacionales, Cuba tomó la arriesgada decisión de comenzar un programa de desarrollo independiente para lograr sus propias vacunas contra la COVID-19. El sector biotecnológico del país terminó llevando dos tipos de vacunas a ensayos clínicos fase 3, y luego obtuvo la autorización para su uso de emergencia. Fueron entonces distribuidas a través del sistema de salud de Cuba para lograr una de las más altas tasas de vacunación COVID-19 en el mundo — incluyendo una cobertura del 97% de los cubanos en edades entre 2 y 18 años, la más alta tasa de vacunación pediátrica reportada a nivel internacional.
Las vacunas utilizan tecnologías bien conocidas que les permiten ser almacenadas en refrigeración convencional, en comparación con las temperaturas ultra frías requeridas por las vacunas mRNA. Ya han recibido la autorización de uso de emergencia en varios países, incluyendo México, Irán, Vietnam, San Vicente y las Granadinas, Bielorrusia y Venezuela. Ya se realizan los pasos para someterlas a la consideración de la OMS para su Emergency Use Listing.
Los miembros de la delegación estuvieron especialmente interesados en conocer si la cobertura pediátrica sin precedentes de Cuba podía indicar una posible vía para reducir la transmisión de la enfermedad en el resto de la población, de todas las edades. Ellos observaron que los niños frecuentemente sirven de vectores de importancia para acelerar la diseminación de las enfermedades infecciosas a las personas de más alto riesgo, tales como los ancianos. (Y se ha responsabilizado la inmunización de los niños con otros tipos de vacunas—principalmente las vacunas neumocócicas—por la reducción de las infecciones de forma significativa en todos los grupos.) El informe hace un llamado a establecer una colaboración internacional con los científicos y profesionales de la salud pública cubanos para evaluar el impacto de tan alta cobertura de vacunación pediátrica con las vacunas COVID-19.
Los miembros de la delegación también estaban intrigados por recientes estudios iniciados por científicos cubanos para conocer el potencial de una de sus vacunas COVID-19, conocida como SOBERANA Plus, para ser utilizada internacionalmente como “refuerzo universal.” Los científicos cubanos están investigando si puede dar protección efectiva sin importar cual fuera la serie inicial de vacunas y también si da protección después de una infección— incluso en los no vacunados.
El informe de la delegación insta a los científicos cubanos a moverse más rápido para asegurar publicaciones en revistas arbitradas de los resultaos de sus ensayos clínicos. El grupo halló que, aunque entendían que los científicos cubanos estaban trabajando en circunstancias desafiantes, un retraso en la publicación de los resultados de fase 3 seguramente “demorarían el acceso global a las vacunas cubanas COVID-19.”
A la vez, los miembros de la delegación señalaron que los profesionales cubanos de la salud expresaron su disposición de colaborar con otros sistemas de salud para compartir estrategias con el fin de lograr una alta y rápida cobertura de vacunación durante las emergencias de salud — y especialmente en lugares de bajos recursos. El informe continúa señalando que las capacidades biotecnológicas cubanas también podrían ayudar a resolver la creciente disparidad en el acceso a las innovaciones en salud para combatir la creciente carga de las enfermedades no transmisibles en los países de bajos y medianos ingresos.
El informe explica que los miembros “no estaban funcionando como un organismo regulatorio o de certificación”, ni “buscaban verificación independiente de los datos presentados” acerca de la eficacia de la vacuna o de su cobertura. Pero citaron el historial de Cuba en el desarrollo de vacunas seguras y efectivas.
En general, dijeron que su objetivo fue relacionarse con colegas que “comparten un compromiso con la promoción de colaboraciones científicas que buscan resolver la brecha global en el acceso a innovaciones e intervenciones de alto impacto en la salud, una disparidad desde hace años que se ha aumentado por la pandemia.” Señalaron que “nuestra delegación y nuestros colegas cubanos se beneficiaron de un intercambio científico abierto y transparente, un prerrequisito para la colaboración bilateral y multilateral que hoy necesitamos urgentemente para prevenir y manejar de forma efectiva las emergencias globales en salud.”
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MIEMBROS DE LA DELEGACION QUE PRESENTAN ESTE INFORME
Colíderes:
- Michael T. Osterholm PhD es Regents Profesor, McKnight Presidential Endowed Chair in Public Health, y director del Center for Infectious Disease Research and Policy (CIDRAP) de la Universidad de Minnesota.
- Cristina Rabadán-Diehl PharmD PhD MPH pasó más de dos décadas en National Institutes of Health (NIH) y también en el U.S. Department of Health and Human Services (HHS), donde fue Directora de la Oficina de las Américas. Ahora es Directora Asociada para Ensayos Clínicos en Westat.
Miembros:
- Joshua Anzinger PhD es catedrático del Departamento de Microbiología de la University of the Wast Indies y Consultor de Virología en el Hospital Universitario de West Indies, ambos en Kingston, Jamaica.
- María Elena Bottazzi PhD es la Decana Asociada de la Escuela Nacional de Medicina Tropical y Codirectora del Centro Pediátrico para el Desarrollo de Vacunas de Texas en el Baylor College of Medicine en Houston. Es la co-creadora de la tecnología de patente libre detrás de la vacuna Corbevax.
- Celia Christie-Samuels MBBS DM Peds MPH FAAP FIDSA FRCP(Edin) es Profesora de Pediatría en la University of the West Indies (UWI), Mona, Jamaica y ex directora de su Vaccines Infectious Diseases Centre y del Jamaica’s Perinatal, Paediatric and Adolescent HIV/AIDS Programme.
- Ngozi Erondu PhD MPH es epidemióloga especializada en enfermedades infecciosas que trabaja actualmente como Directora Técnica del Global Institute for Disease Elimination (GLIDE) y brinda apoyo técnico al CDC de Estados Unidos, a la OMS y a gobiernos de África Sub-sahariana, Oriente Medio y Sudeste Asiático
- Jeanne Marrazzo MD MPH FACP FIDSA es titular de la Cátedra C. Glenn Cobbs, profesora de Medicina y Directora de la División de Enfermedades Infecciosas de la University of Alabama en Birmingham (UAB), Heersink School of Medicine.
- Sandra Milan Phd Bio es Vicepresidenta y Líder del Grupo de Proyecto de Oncología Molecular en Genentech. Tiene más de 20 años de experiencia en la industria, incluyendo dos años de trabajo en el desarrollo de vacunas y 18 años en el desarrollo de terapias oncológicas.
- Peter Kojo Quashie PhD es investigador principal y Subdirector de Investigaciones del West African Centre for Cell Biology of Infectious Pathogens (WACCBIP), de la Universidad de Ghana, donde sus áreas de trabajo incluyen virología molecular, enzimología viral, terapias antivirales y en mecanismo y resistencia de las drogas antimicrobianas.
- Thomas Schwaab MD es inmunólogo, Jefe de Estrategia, Desarrollo Empresarial y Divulgación de Roswell Park, y CEO de Global Biotechnology and Cancer Therapeutics (GBCT).
- David Williams MA MPH MDiv PhD es Norman Professor y Presidente del Departmento de Ciencias Sociales y de la Conducta de la Harvard School of Public Health. Es también Profesor de Estudios Africanos y Afronorteamericanos y Sociología en la Harvard University.