Al estudiar por qué los nematodos muestran una estrategia única de reproducción que favorece que las hembras no produzcan machos, los investigadores informan de que las hembras asexuales producen un número limitado de descendientes masculinos, a fin de explotarlos por su esperma para producir más machos, y en tal proporción que los descendientes resultantes tienen más probabilidades de aparearse con sus hermanas. Este cuidadoso proceso garantiza que los genes masculinos nunca regresen al conjunto de genes femeninos y que la población se mantenga en general estable. La pseudogamia, denominada también partenogénesis dependiente del esperma, es una estrategia reproductiva asexual en la que las hembras usan el esperma de los machos, generalmente de otras especies, para activar sus óvulos. Sin embargo, no se emplea el ADN del esperma. En su lugar, los embriones se desarrollan únicamente a partir del ADN de la madre y se convierten en hembras. De este modo, las hembras son el único sexo con éxito reproductivo. Si bien parece innecesario y quizás incluso inútil que estas especies produzcan descendencia masculina, se sabe que el nematodo pseudogámico Mesorhabditis belari produce machos con fines estrictamente reproductivos. Manon Grosmaire y sus colegas aislaron M. belari del suelo y el material vegetal en descomposición para estudiar su estrategia reproductiva única. Si bien la mayoría de embriones se desarrollan sin utilizar ADN espermático a fin de producir solo nematodos hijas, Grosmaire et al. descubrieron que en aproximadamente el 9 % de las fertilizaciones se utiliza ADN masculino. En los casos en que se combina el ADN de los padres solo se producen machos, probablemente porque el esperma que carga el cromosoma Y es más competente, por lo que resulta mucho más probable que penetre en un óvulo que el esperma que carga el cromosoma X, según los autores. Los resultados del estudio implican que las hembras de M. belari producen machos cuyo material genético no se transmite a las hembras asexuales, sino que explotan su esperma para activar sus óvulos. Además, los autores indican que los machos resultantes son más propensos a aparearse con sus hermanas, lo cual permite, de acuerdo con un modelo de teoría de juegos, que esta solución reproductiva única constituya una estrategia evolutivamente estable.
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