La Universidad de Leeds ha coordinado un estudio que pretende responder a esta cuestión en el que han participado 170 expertos de 35 países, entre ellos el profesor de la E.T.S. de Ingeniería Agronómica de la US Luis Pérez Urrestarazu, cuyas conclusiones acaban de publicarse en la revista Nature Ecology & Evolution.
Los investigadores han destacado las oportunidades para mejorar la forma en que monitorizan y mantienen las zonas verdes y ayudar a las personas a interactuar y apreciar el mundo natural que las rodea. Del mismo modo, a medida que los vehículos autónomos se empleen más en las ciudades, la contaminación y la congestión del tráfico se reducirá.
Pero también advierten que los avances en robótica y automatización podrían ser dañinos para el medio ambiente. Por ejemplo, podrían generar nuevas fuentes de desechos y contaminación, con implicaciones negativas potencialmente sustanciales para la naturaleza urbana. Es posible que las ciudades tengan que volver a planificarse para proporcionar suficiente espacio para que funcionen los robots y drones, lo que posiblemente lleve a una pérdida de áreas vegetadas. También podrían aumentar las desigualdades sociales existentes, como el acceso desigual a los espacios verdes.
En cualquier caso, es probable que los robots transformen muchas de las formas en que los ciudadanos experimentan y obtienen beneficios de la naturaleza urbana.
###
Journal
Nature Ecology & Evolution