Una vez más, los investigadores han probado con éxito la teoría de la relatividad general de Einstein en el núcleo galáctico al detectar los efectos del desplazamiento al rojo gravitacional en la luz emitida desde una estrella en una órbita muy cercana al intenso campo gravitatorio del agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea. Si bien la colaboración GRAVITY ya realizó una prueba similar el año pasado, Tuan Do y sus colegas informaron de datos novedosos y análisis ampliados empleando mediciones independientes. Aunque la relatividad general (RG) se ha probado exhaustivamente en campos gravitatorios relativamente débiles, como los que se encuentran dentro de nuestro sistema solar o con ondas gravitacionales propagadas desde objetos celestes de masa estelar, las observaciones de las estrellas que orbitan a gran velocidad el agujero negro supermasivo (ANSM) situado en nuestro centro galáctico permite poner a prueba la RG en entornos gravitacionales extremos. El deslizamiento al rojo gravitacional se produce cuando la luz se distorsiona y se estira a longitudes de onda más largas por efecto de las desgarradoras fuerzas gravitacionales de los agujeros negros, que la desplazan hacia la parte roja del espectro. Si bien la relatividad general ya predice este fenómeno, no ha podido ser observado hasta fecha reciente. Do et al. observaron la luz emitida por la estrella S0-2 cuando orbitaba Sagitario A*, el ANSM que reside en el centro de la galaxia y genera el mayor campo gravitatorio de la Vía Láctea. En 2018, cuando la estrella se acercaba a su punto más próximo al agujero negro, los autores detectaron el efecto del desplazamiento al rojo gravitacional. Estos resultados son coherentes con la relatividad general y respaldan esta teoría frente a la gravedad newtoniana, que no es capaz de explicar el desplazamiento al rojo observado.
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