Los entornos naturales, incluyendo los espacios verdes, pueden tener beneficios para el desarrollo del cerebro, pero la evidencia científica en la infancia es todavía limitada. Un estudio anterior de ISGlobal ya indicaba que los espacios verdes dentro y alrededor de las escuelas podrían mejorar el desarrollo cognitivo de los niños y niñas entre 7 y 10 años. La investigación actual se propuso ampliar el foco y estudiar el impacto de los espacios verdes de alrededor de las viviendas en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas, desde su nacimiento y en etapas más tempranas de su vida.
El análisis, publicado en la revista Environment Health Perspectives, se basó en datos de 1.500 niños y niñas de las cohortes de nacimiento del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) en Sabadell y Valencia, recogidos entre los años 2003 y 2013. El equipo de ISGlobal analizó la cercanía residencial a espacios verdes -100, 300 y 500 metros alrededor de las viviendas-, en el momento del nacimiento, a los 4 o 5 años, y a los 7 años. Se realizaron dos tipos de test de evaluación de la capacidad de atención a los 4-5 y a los 7 años de edad.
Las conclusiones mostraron que los niños y niñas que tenían una exposición continuada mayor a espacios verdes alrededor de sus viviendas presentaban mejores resultados en las pruebas de la capacidad de la atención.
Payam Dadvand, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio, destaca que se trata de "la primera vez que se estudia el impacto de la exposición residencial a espacios verdes desde el nacimiento en la capacidad de atención de los niños y niñas". Esta investigación "demuestra la importancia de las zonas verdes en las ciudades para la salud y el desarrollo del cerebro infantil", señala Dadvand.
Por otro lado, Jordi Sunyer, coordinador del estudio y jefe del programa de Salud Infantil de ISGlobal, apunta que "la posibilidad de que la exposición a diferentes tipos de vegetación tenga diferentes impactos en el desarrollo neurológico sigue siendo una pregunta abierta para futuros estudios". De esta manera, Sunyer considera que es necesario realizar más estudios en otros entornos con climas y vegetaciones diversos.
"Los espacios verdes en las ciudades promueven vínculos sociales y actividad física, así como también disminuyen la exposición a la contaminación del aire y el ruido. Por tanto, son imprescindibles para el desarrollo de los cerebros de las nuevas generaciones", añade el coordinador del estudio.
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Referencia
Dadvand P, Tischer C, Estarlich M, Llop S, Dalmau-Bueno A, López-Vicente M, Valentín A, de Keijzer C, Fernández-Somoano A, Lertxundi N, Rodriguez-Dehli C, Gascon M, Guxens M, Zugna D, Basagaña X, Nieuwenhuijsen MJ, Ibarluzea J, Ballester F, Sunyer J. Lifelong Residential Exposure to Green Space and Attention: A Population-based Prospective Study. Environ Health Perspect. 2017 Sep 18;125(9):097016.
Journal
Environmental Health Perspectives