Originaria de la India, la teca es la especie de referencia para la reforestación en América Central. Pero la teca a menudo tiene un rendimiento inferior en los suelos pobres en nutrientes que dominan los paisajes tropicales. Para descubrir si se puede aumentar el valor de la madera de las plantaciones de teca cultivadas en suelos pobres, los científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) plantaron cocobolo y amarillo, ambas especies de árboles nativos económicamente valiosos.
Los árboles nativos están bien adaptados a las condiciones ambientales locales, resistiendo enfermedades y plagas de insectos. El cocobolo (Dalbergia retusa) se vende típicamente a fabricantes de instrumentos y artesanos por un precio más alto que el de la teca. Los árboles de cocobolo también mejoran el suelo al extraer el nitrógeno del aire y convertirlo en fertilizante para sí mismo y para los árboles vecinos. A pesar de su valor de madera, el cocobolo rara vez se cultiva y con mayor frecuencia se extrae ilegalmente de las áreas protegidas.
Aunque el amarillo (Terminalia amazonia) es muy valorado en Panamá como un árbol de madera dura que crece rápido y recto en condiciones de plantación convencionales, incluso a pleno sol, nunca se ha probado formalmente en mezclas con teca y cocobolo.
Estudios anteriores predijeron que otras especies de árboles podrían no crecer entre los árboles de teca porque la teca necesita mucha agua y las raíces producen sustancias químicas que pueden impedir el crecimiento de otras plantas.
Como parte del Proyecto Agua Salud de 700 hectáreas del Smithsonian, el mayor experimento de reforestación de su tipo, los investigadores plantaron 30 hectáreas de teca en el 2008. Las evaluaciones del 2013 y 2016 confirmaron que la teca no funcionó bien en los suelos arcillosos y pobres en nutrientes de Panamá Central.
Para mejorar la rentabilidad y los servicios ambientales de la plantación, los científicos plantaron plántulas de cocobolo y amarillo entre los árboles de teca en el 2015. Aunque los investigadores agregaron un puñado de materia orgánica y un puñado de fertilizante NPK a cada plántula a medida que se plantaba, se necesitó mucho menos tiempo y menos mano de obra que en el establecimiento de la plantación de teca. Midieron las plántulas en el 2016 y nuevamente en el 2017.
Prácticamente todas las plántulas de cocobolo sobrevivieron en todo el sitio, a pesar de varios eventos de El Niño que hicieron de este el período más seco registrado desde 1925. Las plántulas de cocobolo parecen superar inicialmente a las plántulas de amarillo, pero se prevé que los árboles alcancen y superen al cocobolo con el paso del tiempo, basado en experimentos previos.
"El amarillo terminará siendo más alto que cocobolo, pero debido a su increíble valor monetario, el cocobolo más pequeño superará con creces al amarillo en términos de rendimiento financiero", comentó Katherine Sinacore, becaria postdoctoral que trabaja con esta especie en STRI. "La idea de que lo más pequeño es mejor, o en este caso mucho más valioso, puede ser contradictoria".
Junto con el potencial para proteger mejor a los jaguares, aves migratorias y otros animales al aumentar la diversidad en esta encrucijada continental, es probable que este tipo de plantaciones mejore la gestión del agua, fundamental para la operación del Canal de Panamá, porque tanto las inundaciones como la sequía amenazan la infraestructura del Canal y el transporte bienes. Si bien la teca cultivada sola puede no aumentar el "efecto esponja", o la capacidad de los suelos para absorber más agua durante las tormentas y liberarla durante los períodos secos, plantar la teca con especies de árboles nativos puede aumentar este valioso servicio del ecosistema.
"La investigación forestal es a menudo un juego de espera", comentó Jefferson Hall, científico de STRI y director del proyecto Agua Salud. "Debido a que los árboles tardan mucho en crecer, los investigadores plantan árboles y luego esperan muchos años para obtener resultados. Nos encantó descubrir que el palo de rosa y el amarillo están creciendo y sobreviviendo tan bien aquí a los dos años como en las plantaciones abiertas".
En el futuro, los investigadores también establecerán experimentos para comprender mejor cómo los factores subterráneos, como la disponibilidad de nutrientes y agua, contribuyen al éxito de la intercalación con árboles nativos.
"Las especies exóticas como la teca dominan las plantaciones de madera en Panamá y los trópicos en todo el mundo", comentó Abigail Marshall, autora principal y estudiante de posgrado de la Universidad de Montana. "Nuestra esperanza es que el éxito inicial de la plantación de cocobolo y amarillo intercalados en la plantación de teca del Proyecto Agua Salud contribuirá a la evidencia creciente de una estrategia para aumentar el uso de especies de árboles nativos en la región y en general".
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Los investigadores están afiliados a STRI, la Universidad de Montana en Missoula, la Universidad de Maine en Orono y la Universidad de Bangor en Gales. El proyecto fue financiado por Lloyd's Tercentenary Research Foundation, Stanley Motta, la familia Hoch y Kristin y Frank Levinson.
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en ciudad de Panamá, Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad, capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos, y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales.
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