Los investigadores han determinado una forma de minimizar o eliminar potencialmente las cicatrices en la piel herida, al avanzar en la descodificación del papel promotor de la cicatrización en una clase específica de células de fibroblastos dérmicos en ratones. Al evitar que estas células expresen el factor de transcripción Engrailed-1 (En-1), Shamik Mascharak y sus colegas reprogramaron estas células para que adquieran una identidad diferente, siendo capaces de regenerar la piel herida, incluyendo la restauración de estructuras como folículos pilosos y glándulas sudoríparas, ausentes en el tejido de la piel con cicatrices. Con un mayor desarrollo y pruebas, su descubrimiento podría conducir a terapias para reducir o evitar por completo las cicatrices en pacientes humanos. Las células de fibroblastos que expresan En-1, llamadas fibroblastos positivos de linaje Engrailed-1 (EPF), se han relacionado con la formación de cicatrices, pero los mecanismos subyacentes precisos siguen siendo desconocidos. Mascharak et al. señalaron que, si bien las células progenitoras de EPF no expresan En-1 en ratones recién nacidos y lactantes, las EPF completamente funcionales son una característica conocida de las heridas cutáneas en mamíferos adultos. En consecuencia, se propusieron determinar si las EPF proliferan en los mamíferos a medida que envejecen o si se expanden localmente en la zona de las heridas en respuesta a un nuevo daño. A través de una serie de trasplantes de células y experimentos de rastreo genético para explorar la expresión de En-1 en la piel de un ratón herido, Mascharak et al. encontraron evidencia de un tipo de células estrechamente relacionadas, llamadas fibroblastos negativos de linaje Engrailed-1 (ENF), que no expresan En-1. Mediante señales mecánicas se activa la vía canónica de la proteína asociada a Yes (Yes-associated protein, YAP) en las células ENF, lo que a su vez hace que las células comiencen a expresar En-1, completando su transformación en células EPF promotoras de cicatrices. Al bloquear la vía YAP administrando el compuesto inhibidor verteporfina o anulando el gen YAP, Mascharak et al. alentaron a estas células a conservar su identidad como ENF, lo que les permitió reconstruir la piel herida, regenerando también glándulas sudoríparas y folículos pilosos. "Las cicatrices en los tejidos son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo", señalan Piotr Konieczny y Shruti Naik en un artículo de Focus relacionado. "Por lo tanto, los hallazgos de Mascharak et al. constituyen una gran promesa no solo para las terapias [contra cicatrices] sino también para la activación simultánea de las propiedades regenerativas de la piel".
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