Un estudio realizado por investigadores de España, Japón y Reino Unido, coordinado por el profesor Miguel Cortés (Universidad de Sevilla), en la Cueva Bajondillo (Torremolinos, Málaga), ha revelado que los humanos modernos reemplazaron a los neandertales hace unos 44.000 años. El trabajo, en el que participan científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que esta sucesión en la Iberia meridional es un fenómeno temprano en el contexto de la Europa occidental, en contra de lo que se mantenía hasta la fecha. El trabajo se publica en la revista Nature Ecology&Evolution.
Europa occidental es, según los investigadores, una zona clave para fechar el reemplazo de los neandertales por parte de los humanos modernos ya que los primeros se asocian a industrias musterienses (nominadas a partir del yacimiento neandertal de Le Moustier, en Francia) y los segundos con las auriñacienses (denominadas así por el yacimiento francés de Aurignac). Hasta ahora, las dataciones radiocarbónicas disponibles en Europa occidental databan la conclusión del reemplazo en torno a hace 39.000 años, si bien en el sur de la península Ibérica la pervivencia de las industrias musterienses y, por tanto, los neandertales, se prolongaría hasta los 32.000 años, no existiendo en la zona evidencias del Auriñaciense temprano que se documentaba en Europa.
Las nuevas dataciones, sin embargo, acotan este reemplazo en un rango de entre 45.000 y 43.000 años antes del presente, lo que plantea interrogantes sobre una tardía pervivencia de los neandertales en el sur de Iberia. Los investigadores apuntan a que serán necesarias nuevas investigaciones para determinar si las nuevas fechas evidencian una sustitución más temprana de los neandertales en todo el sur peninsular o escenarios más complejos de coexistencia en mosaico entre ambos grupos durante milenios.
Sin relación con fenómenos de frío
Los resultados del estudio demuestran que la implantación de los humanos modernos en Cueva Bajondillo se encuentra desligada de fenómenos de frío extremo, los llamados eventos Heinrich, al ser posterior a las fechas que se conocen del evento más próximo (39.500 años). Los eventos Heinrich representan las más intensas y variables condiciones climáticas en Europa occidental a escala de milenio pero en esta región costera del Mediterráneo no parecen estar implicados en la transición del Mousteriense al Auriñaciense, comenta Francisco Jimenez, investigador del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.
La localización de la Cueva Bajondillo apunta a los corredores costeros como ruta preferente en la dispersión de los primeros humanos modernos. Chris Stringer, investigador del Museo Nacional de Historia de Londres (Reino Unido) y coautor del estudio, afirma: Encontrar un Auriñaciense tan temprano en una cueva tan próxima al mar refuerza la idea de que la costa mediterránea constituyó una ruta para los humanos modernos que penetraron en Europa. Se refuerzan así las evidencias que apuntan a que hace más de 40.000 años los Homo sapiens se habían dispersado rápidamente por gran parte de Eurasia.
Por su parte, Arturo Morales-Muñiz, científico de la Universidad Autónoma de Madrid, sugiere que las evidencias de la Cueva Bajondillo contribuirán a atraer la atención sobre el papel que ha desempeñado el Estrecho de Gibraltar como ruta potencial de dispersión de los humanos modernos que salieron de África.
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Journal
Nature Ecology & Evolution