Un grupo de científicos ha descubierto que un tipo de semiconductor inorgánico que no es posible deformar sin romper en presencia de luz puede doblarse hasta un impresionante 45 % respecto de su forma original en la oscuridad. Debido a su fragilidad, los materiales inorgánicos semiconductores tienden a ceder cuando son sometidos a fuerzas externas. Sin embargo, los semiconductores inorgánicos fácilmente moldeables, fuertes y resistentes son necesarios para una gran variedad de aplicaciones electrónicas. Yu Oshima y sus colegas estudiaron la deformación de los cristales de sulfuro de zinc bajo diferentes condiciones de iluminación: luz blanca, luz ultravioleta y oscuridad completa. La microscopía mostró que, bajo las dos condiciones de luz diferente, el material inorgánico semiconductor se resquebrajaba inmediatamente cuando los investigadores intentaban deformarlo, tal como se esperaba; en cambio, el sulfuro de zinc soportó una importante deformación, de hasta un 45 %, en la oscuridad total. La razón de esta diferencia reside en la naturaleza de los defectos que se producen en los cristales de sulfuro de zinc durante su deformación. En los núcleos de estos defectos, la luz provoca que los electrones y huecos estén aprisionados con mayores niveles de energía. El movimiento causado por esta energía y el aprisionamiento provocan la fractura. En la seguridad que aporta la oscuridad, los electrones no quedan atrapados de esta manera, lo que permite que el material sea deformado y posteriormente devuelto a su forma original.
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