Los investigadores que trabajan en ratones y tejido humano han identificado varias clases de adipocitos de células adipocíticas progenitoras que dan lugar a la formación de tejido adiposo, algunas de las cuales residen en un nicho anatómico recientemente descubierto. Los resultados pueden proporcionar información para el desarrollo de enfoques dirigidos a prevenir enfermedades metabólicas. El tejido adiposo blanco (grasa) desempeña un papel clave en la salud metabólica al almacenar el exceso de calorías, al tiempo que evita la perjudicial acumulación de lípidos en otros tejidos y órganos. Investigaciones anteriores han demostrado que el tejido adiposo blanco se puede expandir de dos maneras: los adipocitos o células grasas pueden aumentar en número, o bien las propias células pueden aumentar su tamaño. El segundo proceso, denominado hipertrofia de los adipocitos, causa fibrosis e inflamación y puede favorecer la aparición de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2. De esta manera, la salud metabólica se basa en la capacidad de las células progenitoras del tejido adiposo (CPA) para convertirse en células grasas de pleno derecho. Sin embargo, los mecanismos celulares que subyacen a la formación de adipocitos y a las CPA de las que estos derivan todavía no se comprenden por completo. David Merrick y sus colegas utilizan la secuenciación de ARN de una sola célula para identificar y perfilar las células progenitoras en el tejido adiposo blanco en rápido desarrollo en crías de ratón. Merrick et al. identificaron tres clases de CPA. Un análisis adicional reveló que dos clases generales de APC análogas a las encontradas en ratones están presentes en el tejido adiposo subcutáneo en los seres humanos. Según los autores, los resultados sugieren un paradigma general para la adipogénesis tanto en ratones como en humanos. Curiosamente, en el caso de los ratones, una de las células progenitoras, marcada por una proteína denominada DPP4, fue localizada en el retículo intersticio (RI). Este nicho anatómico recientemente reconocido es una red llena de fluido de colágeno y fibras de elastina que rodea a numerosos órganos. "Dado que el RI existe en múltiples tejidos humanos, una posibilidad intrigante es que el RI represente un nuevo nicho de células madre para el tejido graso, entre otros", escriben You-Ying Chau y William Cawthron en un artículo de Perspective relacionado. También discuten el modo en que este trabajo encaja con los recientes esfuerzos para comprender las células progenitoras del tejido adiposo.
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