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El aumento de la enfermedad renal resalta la importante conexión entre el corazón y los riñones

Mejorar la salud renal con terapias basadas en evidencia disminuye la probabilidad de ataque cardíaco, ataque o derrame cerebral o insuficiencia cardíaca en personas con síndrome cardiovascular-renal-metabólico (cardiovascular-kidney-metabolic, CKM)

Business Announcement

American Heart Association

DALLAS, 24 de marzo de 2025 — A nivel mundial, la tasa de muerte por enfermedad renal crónica aumentó un 24 % entre 1990 y 2021, según las estadísticas (sitio web en inglés) publicadas por la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón), una fuerza global que está cambiando el futuro de la salud para todos. El aumento de las tasas de enfermedad renal es una preocupación importante para la salud cardiovascular en todo el mundo.

La enfermedad renal aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, pero hasta 9 de cada 10 adultos estadounidenses con enfermedad renal crónica no saben que la padecen.[1]

“La enfermedad renal es un potente predictor de riesgo, y su tratamiento permite reducir la morbilidad y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares”, afirmó la Dra. Janani Rangaswami, FAHA, voluntaria de la American Heart Association y Profesora de Medicina en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de George Washington University en Washington, D.C. A continuación, explica que existe una conexión entre el “dominio cardiorrenal” (la comunicación entre el corazón y los riñones) y el “dominio cardiometabólico”, que crea una interacción de afecciones coexistentes conocida como síndrome cardiovascular-renal-metabólico (CKM).

Aproximadamente 1 de cada 3 adultos estadounidenses tiene al menos tres componentes del síndrome CKM. El amplio impacto de estas condiciones es la razón por la que la Asociación desarrolló su Iniciativa de Salud Cardiovascular-Renal-Metabólica (sitio web en inglés), apoyada por los patrocinadores fundadores Novo Nordisk y Boehringer Ingelheim, y su patrocinador más reciente DaVita. Rangaswami es miembro del grupo asesor científico de la iniciativa.

La colaboración es clave entre los profesionales de la salud que tratan a personas con enfermedades cardiovasculares (ECV) y enfermedades renales. “Es importante pensar en estas afecciones de manera colectiva porque así es como las experimentan los pacientes”, dijo Mariell Jessup, M.D., FAHA, Directora Científica y Médica de la American Heart Association. “Un enfoque holístico de la atención ayuda a brindar un mejor tratamiento y a reducir la sensación de agobio que experimentan los pacientes al lidiar con múltiples enfermedades crónicas”.

“Las personas que viven con enfermedad renal a menudo lidian con múltiples otras afecciones crónicas simultáneamente, lo que hace que la atención colaborativa sea esencial”, afirmó la Dra. Amy Schuerman-Gen, Directora Médica de DaVita Integrated Kidney Care. “Nos enorgullece enormemente apoyar a la American Heart Association en esta iniciativa para mejorar la vida de los pacientes mediante una atención interdisciplinaria y más eficiente”.

La enfermedad renal y la enfermedad cardíaca a menudo se desarrollan juntas. Incluso el daño renal temprano aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como enfermedades cardíacas, insuficiencia cardíaca y derrames cerebrales. Los estudios muestran que 3 de cada 5 personas con enfermedad renal en etapa temprana también tienen enfermedad cardiovascular.[2]

Para detectar la enfermedad renal se utilizan dos pruebas. La relación albúmina/creatinina en orina (urine albumin to creatinine ratio, UACR) utiliza una muestra de orina para buscar una proteína llamada albúmina en la orina, que puede indicar daño renal temprano. Un nivel de UACR de 30 o más puede ser un signo de enfermedad renal y está relacionado con un alto riesgo de ECV. La segunda prueba común para medir la salud renal es un análisis de sangre llamado tasa de filtración glomerular estimada o eGFR. Un nivel de eGFR saludable es de 90 o más. Los niveles más bajos pueden significar una pérdida de la función renal.

“Las enfermedades cardiovasculares, renales y metabólicas interconectadas representan un importante desafío para la salud mundial”, afirmó Sandy Sommer, Vicepresidente Corporativo Sénior y Director del Área Terapéutica Cardiovascular, Renal y Metabólica de Boehringer Ingelheim. “Dada la fuerte conexión entre el corazón y los riñones, promover un diagnóstico y tratamiento tempranos de la enfermedad renal puede ayudar a proteger el corazón y reducir el riesgo cardiovascular de los pacientes que atendemos. Boehringer Ingelheim se enorgullece de apoyar la Iniciativa de Salud CKM para generar conciencia y promover la detección y la atención integral de los pacientes”.

La salud metabólica (sitio web en inglés) es una pieza fundamental del rompecabezas del CKM porque el peso, la presión arterial, los lípidos y la glucosa en sangre juegan un papel importante en la salud del corazón y los riñones. El exceso de peso corporal, especialmente alrededor de la cintura, está relacionado con niveles más bajos de salud renal. Por cada 10 libras de aumento de peso a lo largo del tiempo, puede haber un aumento de hasta un 30 % en el riesgo de disminución de la función renal. Cuando se controlan estos elementos, la salud cardiovascular puede mejorar y los riesgos de sufrir enfermedades renales y otros problemas de salud importantes son menores.

Controlar periódicamente la presión arterial, el colesterol, la grasa corporal, el nivel de azúcar en sangre y la salud renal puede ayudar a detectar signos del síndrome de CKM de forma temprana. Esto es especialmente importante porque el riesgo de muerte por ECV excede el riesgo de muerte por CKD, especialmente si alguien tiene diabetes tipo 2, dijo Rangaswami.

El síndrome de CKM tiene cuatro etapas(sitio web en inglés), las más avanzadas implican una enfermedad más grave. Las primeras etapas del síndrome de CKM son reversibles, pero es fundamental que las personas conozcan sus factores de riesgo.

  • La etapa 1 incluye a personas con exceso de peso (medido por la circunferencia de la cintura o el índice de masa corporal) con o sin resistencia a la insulina, lo que significa que el cuerpo está comenzando a tener problemas para procesar la insulina. Cerca del 90 % de los adultos estadounidenses cumplen los criterios para esta etapa del síndrome de CKM.[3]
  • La etapa 2 incluye a personas que tienen sobrepeso y otros factores de riesgo metabólico con o sin enfermedad renal crónica. Los factores de riesgo metabólico incluyen colesterol anormal (triglicéridos altos, lipoproteínas de alta densidad bajas), presión arterial alta, niveles altos de glucosa (azúcar) en sangre o diabetes tipo 2.
  • La etapa 3 incluye a personas cuyos análisis de sangre y exploraciones por imágenes muestran que los riñones, los vasos sanguíneos y el corazón presentan signos de enfermedad incluso sin síntomas.
  • La etapa 4 describe a aquellos a quienes se les ha diagnosticado una enfermedad cardíaca y también pueden tener insuficiencia renal. Las personas en esta etapa experimentan síntomas como dolor en el pecho, dolor en las piernas, hinchazón o cicatrización lenta de las heridas. Estos ocurren debido a una función cardíaca reducida, un flujo sanguíneo reducido a las piernas, una función renal baja y diabetes.

“Comprender la conexión entre la salud renal y la salud cardíaca es fundamental para mejorar los resultados de las personas que viven con el síndrome de CKM”, afirmó Anna Windle, Ph.D., Vicepresidenta Sénior de Desarrollo Clínico, Asuntos Médicos y Regulatorios de Novo Nordisk. "A través de nuestro apoyo a la iniciativa de la American Heart Association, nos comprometemos a generar conciencia sobre la importancia de la salud renal y a apoyar a los profesionales de la salud en la adopción de prácticas basadas en evidencia que integren la atención renal y cardiovascular. Esta iniciativa tiene como objetivo identificar los riesgos de forma temprana, mejorar la atención interdisciplinaria y, en última instancia, mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus resultados generales de salud”.

La iniciativa también pretende aumentar el uso de terapia basada en evidencia para personas con síndrome CKM, lo que disminuye la probabilidad de tener malos resultados cardiovasculares. Muchos adultos en los EE. UU. podrían beneficiarse del creciente número de opciones terapéuticas basadas en evidencia para controlar el riesgo de CKM y afecciones como el control del azúcar en sangre, la reducción de peso, la mejora de la salud renal y la reducción del riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral.

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Acerca de la American Heart Association

La American Heart Association es una fuerza implacable que trabaja para lograr un mundo con vidas más largas y saludables. La organización, dedicada a garantizar la igualdad en materia de salud en todas las comunidades, ha sido una de las principales fuentes de información sobre salud durante más de cien años. Con el apoyo de más de 35 millones de voluntarios en todo el mundo, financiamos investigaciones pioneras, defendemos la salud pública y proporcionamos recursos esenciales para salvar y mejorar vidas afectadas por enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales. Mediante el impulso de avances y la aplicación de soluciones probadas en los ámbitos científico, político y asistencial, trabajamos sin descanso para hacer avanzar la salud y transformar vidas cada día. Conéctese con nosotros a través de heart.orgFacebookX o llamando al 1-800-AHA-USA1.


[1] Enfermedad renal crónica, diabetes y enfermedades cardíacas | Enfermedad renal crónica | CDC

[2] Capítulo 4 del USRDS (sitio web en inglés), Figura 4-1

[3]https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2826287#:~:text=Recent%20studies%20indicated%20that%20CKM,higher%20between%202011%20and%202020(sitio web en inglés).


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