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Un nuevo estudio concluye que el T. rex no era tan inteligente como se creía

Peer-Reviewed Publication

University of Bristol

Fotografía 1

image: Fotografía de una réplica de un esqueleto de un T. rex en el Museo Senckenberg de Frankfurt, Alemania. El T. rex vivió al final del Cretácico (hace aproximadamente 66 millones de años) exclusivamente en América del Norte occidental. view more 

Credit: Kai R. Caspar

En contra de lo que sugerían investigaciones anteriores, los dinosaurios eran inteligentes como los reptiles, pero no tan inteligentes como los simios.

 

Un equipo internacional formado por investigadores e investigadoras en paleontología, ciencias del comportamiento y en neurología, ha examinado de nuevo el tamaño y la estructura del cerebro en distintos dinosaurios y ha concluido que se comportaban de forma parecida a como lo hacen cocodrilos y lagartos.

Un estudio publicado el año pasado afirmó que los dinosaurios como el T. rex tenían un número excepcionalmente alto de neuronas y que eran sustancialmente más inteligentes de lo que hasta entonces se había creído. Los responsables del estudio afirmaban que este elevado número de neuronas estaba directamente relacionado con su inteligencia, metabolismo e historia vital y que algunos hábitos del T. rex eran propios de los simios. El artículo citaba la transmisión cultural del conocimiento o el uso de herramientas como ejemplos de rasgos cognitivos que esta especie podría haber presentado.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado hoy en The Anatomical Record en el que ha participado el Dr.  Hady George de la Universidad de Bristol, el Dr. Darren Naish (Universidad de Southampton) y que ha dirigido Dr. Kai Caspar (Universidad Heinrich Heine) conjuntamente con el Dr. Cristian Gutiérrez-Ibañez (Universidad de Alberta) y el Dr. Grant Hurlburt (del Royal Ontario Museum), ha examinado con detalle las técnicas que utilizaron para estimar el tamaño del cerebro y el número de neuronas de los dinosaurios. El equipo descubrió que sus deducciones sobre el tamaño del cerebro en los dinosaurios y el número de neuronas eran poco fiables.

Desde hace décadas que paleontólogos y biólogos han examinado el tamaño y la anatomía del cerebro de los dinosaurios y han utilizado estos datos para inferir su comportamiento y estilo de vida. La información sobre sus cerebros proviene de moldes endocraneales, es decir, estructuras minerales que han rellenado la cavidad craneal de un fósil, así como del estudio de las formas de las propias cavidades del cráneo.

El equipo de investigación encontró que el tamaño del cerebro, especialmente de la parte anterior, se había sobreestimado en los estudios anteriores y, por lo tanto, los recuentos de neuronas también. Además, concluyeron que las estimaciones del número de neuronas no son un indicador fiable de la inteligencia de estos animales.

El equipo de investigación defiende en el nuevo artículo que para reconstruir de manera sólida la biología de especies extintas hay que analizar distintos aspectos, como la anatomía de su esqueleto, la histología ósea, el comportamiento de los parientes actuales o los rastros fosilizados. "Para determinar la inteligencia de los dinosaurios y otros animales extintos hay que incorporar distintas evidencias, que van desde la anatomía general hasta las huellas fósiles y no centrarse únicamente en estimaciones del número de neuronas", explica Hady de la Escuela de Ciencias de la School of Earth Sciences de Bristol.

 

"Creemos que predecir la inteligencia en especies extintas cuando los recuentos de neuronas reconstruidos a partir de moldes endocraneales son todo lo que tenemos para basar un estudio no es una buena práctica", afirma el Dr. Kai Caspar.

"Los recuentos de neuronas no son buenos predictores del rendimiento cognitivo, y usarlos para predecir la inteligencia en especies extintas puede llevar a interpretaciones muy engañosas", comenta la Dra. Ornella Bertrand (Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont).

"La posibilidad de que el T. rex pudiera haber sido tan inteligente como un babuino es fascinante y aterradora a la vez y supone reformular nuestra visión del pasado", concluye el Dr. Darren Naish. "Pero nuestro estudio muestra cómo todos los datos que tenemos van en contra de esta idea. Eran más bien como cocodrilos gigantes inteligentes, y eso es igual de fascinante".

 

Artículo:

‘How smart was T. rex? Testing claims of exceptional cognition in dinosaurs and the application of neuron count estimates in palaeontological research’ por Kai R Caspar, Hady George et al en The Anatomical Record.


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