Un material inyectado con lubricante es una trampa resbaladiza para los mejillones: Un polímero inyectado con un lubricante podría reducir el problema de la incrustación marina, en el cual mejillones, percebes y otros organismos se adhieren a los cascos de los barcos y las tuberías marinas. Dicho polímero, que fue testeado por Shahrouz Amini y sus colegas, «engaña» a los mejillones haciéndoles creer que la superficie que recubre no es lo suficientemente fuerte como para que estos se peguen a ella, lo cual disminuye las posibilidades de que dichos animales produzcan sus redes adhesivas habituales y baja la capacidad de adherencia de dichas redes. La incrustación marina, también conocida como «fouling», plantea un problema económico muy serio, ya que crea un arrastre en los botes que aumenta el consumo de combustible, bloquea las tuberías de circulación de los puertos y, en ocasiones, introduce organismos exóticos que devastan los ecosistemas locales. El material de revestimiento utilizado por los investigadores contiene un lubricante que se limita a la capa superior del polímero y que no reacciona con el agua de mar. En las pruebas realizadas en laboratorio y en la vida real en cascos de barcos, los investigadores observaron que los mejillones exploraron el revestimiento con sus pies musculares pero, aparentemente, las superficies les parecieron demasiado suaves como para producir sus filamentos proteicos usuales, a los cuales se los llama «biso» y los cuales son usados por el mejillón para adherirse a las superficies. El polímero que utilizaron los investigadores mostró un mejor rendimiento que algunos de los revestimientos antifouling más importantes del mercado, y los autores sostienen que podría funcionar contra diversos organismos incrustantes, incluidos los tunicados y el moho mucilaginoso.
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